“No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño.”

E. A. Poe

domingo, 26 de abril de 2015

Aún recuerdo ese lamentable día...

Mi madre esa noche, como todas las otras, nos recordó a mi hermano y a mí cerrar las ventanas de nuestros cuartos porque "se metían muchos zancudos", siempre hacía énfasis en eso e incluso nos resultaba fastidioso, pero terminábamos cerrándolas antes de acostarnos . Mi hermano estaba molesto con ella porque ese día no lo dejó salir a jugar con nuestros amigos por no haber terminado su tarea. Durante la cena prácticamente ni la miró, terminó de comer y subió a su cuarto a encerrarse.

-Recuerden cerrar las ventanas- nos recordó nuestra madre antes de irse a dormir, yo le hice caso pero mi hermano, sumido en su molestia la ignoró.

Como a las 3 de la mañana escuché unos sonidos raros provenientes del cuarto de mi hermano, tomé mi bate de beisbol y fui a su cuarto caminando de puntillas, abría la puerta de su cuarto bruscamente y encendí la luz... me sorprendí cuando lo vi en el piso tirado cubierto por una sábana negra, apenas se movía, lo primero que pensé fue que un ladrón de niños había entrado por la ventana que vi de par en par pero de pronto la "sábana" empezó a elevarse y separarse en partes; era un ejército de zancudos, cientos, miles, quizá millones, se empezaron a separar y se fueron por la ventana.

-Nooo!- Grité al verlo en el piso, demacrado y con millones de puntitos rojos sobre su cuerpo.

Me incliné hacia el y se fijó en mis ojos, intentó decir algo y no pudo, mientras tanto apretaba mi mano, un instante después me soltaba y cerraba sus ojos con la última espiración de su ser.

Mis padres subieron al cuarto y lo vieron ahí echado, sin vida.

Juré frente a su cuerpo inerte y mis padres vengarme y lo he estado haciendo, un poco mejor quizá de lo que creí que podía. Seguiré haciéndolo hasta el fin de mis días y durante mucho tiempo más.
                                                                                                   

                                                                                                                                         Liam Baygon.


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