Como es bien sabido por todos, los abuelos se van haciendo pequeños, encogiéndose a medida que recorren más el camino de la vejez. Mis padres no habían creído esto hasta el fatal día en que sin querer mi papá pisó a la abuela dejándola aplastada en el piso.
Descansa en paz, abuela, siempre te recordaremos.
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